Historia de Naty
Naty tiene 16 años y se autoidentifica como indígena kichwa amazónica, llegó a los servicios legales de Surkuna cuando tenía 11 semanas de gestación. Era víctima de reiteradas agresiones sexuales por parte de su padre, pues la primera denuncia por violencia sexual la había realizado en 2018 por parte de su madre y la segunda denuncia se había realizado en 2020 por parte de su tía, las denuncias no procedieron hasta que en septiembre de 2022 nuevamente regresa a casa de su tía, quien al darse cuenta del embarazo, la acompañó a dejar la solicitud de acceso a la IVE por violación en el establecimiento de salud y varios días después una persona del hospital acudió a visitarla y llevarla al establecimiento para brindarle asesoría psicológica. Además, le explicaron que en el hospital no realizan el procedimiento que había solicitado y que los médicos tienen derecho a negarse a realizar el protocolo, por lo tanto le dijeron que la llevarían a un hospital donde si le puedan realizar la interrupción voluntaria del embarazo por violación. Fue trasladada a un hospital localizado a dos horas de su lugar de residencia donde fue internada por 5 días, sin el acompañamiento de ningún familiar y totalmente incomunicada. Afortunadamente ella encontró la manera de comunicarse con una madrina que vivía cerca de donde estuvo hospitalizada para que fuera a verla, pues durante los cinco días que estuvo internada no recibió implementos de limpieza, estuvo en ropa interior y recibió atención negligente por parte del hospital.
En el caso de Naty, se identificaron barreras relacionadas con un marco legal restrictivo que se manifiestan con la objeción de conciencia institucional y la interpretación inconstitucional de la objeción de conciencia. Además, se puede identificar barreras relacionadas con el incumplimiento de obligaciones legales del sistema de justicia y protección, así como también con el sistema de salud, que se manifestaron con prácticas orientadas al castigo.