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Historia de Caro

Caro tiene 18 años de edad, se autoidentifica como mestiza y vive en la provincia de Pichincha. Conocimos su historia cuando tenía aproximadamente 6 semanas de gestación. Con nuestro acompañamiento, Caro elaboró una solicitud de acceso al aborto legal para presentar en el hospital. Sin embargo, no le recibieron la solicitud porque estaba fuera del horario laboral, pese a que aún eran las 16h45. 

Caro regresó tres días después a entregar la solicitud en el hospital y nuevamente se negaron a recibirle la solicitud, pues el personal médico en esta ocasión había argumentado que no era necesario que presente documentos físicos. Caro fue trasladada inmediatamente al área de ginecología para hacerle una ecografía. El resultado de este examen habría evidenciado que no había feto pero si saco gestacional, por lo que le recetaron 4 pastillas de cytotec e ibuprofeno. Le indicaron que vuelva en 7 días para hacerle una nueva valoración médica.

Caro mantuvo comunicación con nuestra línea de acompañamiento jurídico feminista y reportó sentir escalofríos, fiebre y sangrado. Cuando transcurrieron 7 días, acudió nuevamente al hospital y los médicos que estaban tratando su caso, volvieron a enviarle pastillas para aplicarse por vía vaginal y también le habrían hecho un examen de VIH. Además de darle una nueva cita médica para control, puesto que seguía creciendo el saco gestacional y tuvieron que realizarle una limpieza del útero.

Las barreras identificadas en la historia de Caro, están relacionadas con el incumplimiento de las obligaciones legales del sistema de salud, pues se evidenció la implementación de técnicas inadecuadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), lo que significó que la sobreviviente tuvo que acudir reiteradas ocasiones para recibir atención médica porque el tratamiento aplicado no fue adecuado y por lo tanto no surtía efecto, es decir no se aplicó adecuadamente los protocolos y guías de aborto; y, la negación de recibir la solicitud para el acceso a la IVE, en dos ocasiones, la primera argumentando que estaba fuera del horarios de atención a pesar de que este es un servicio que debe brindarse de forma emergente, y la segunda vez, argumentando que no requieren ningún documento, lo cual impide que la paciente tenga un respaldo en caso de negación de sus derechos.