Historia de Adela
Adela tiene 14 años, se autoidentifica como mestiza y vive en la provincia de Pichincha. Tenía 13 semanas y 3 días de gestación cuando su madre se puso en contacto con nuestra línea de acompañamiento. A manera de antecedente, su madre nos contó que Adela enfermó con gripe, no le llegaba su periodo menstrual y hace algún tiempo había comenzado a aislarse de sus amigas y tampoco quería ir a la Escuela, por lo que tuvo la sospecha de que algo estaba pasando y la llevó a un centro de salud para que reciba atención médica.
En el Centro de Salud, le manifestaron que Adela estaba embarazada y tenía aproximadamente 12 semanas de gestación. De forma inmediata, Adela y su madre acudieron a la Fiscalía más cercana a su domicilio para poner una denuncia contra el agresor y ahí le dieron una orden para que se haga exámenes de sangre y una ecografía, en un hospital público. La madre de Adela conocía que el embarazo producto de violación puede ser interrumpido legalmente en el Ecuador, por lo que preguntó en este hospital sobre el acceso al servicio, le pidieron que acuda a conversar con el asesor jurídico del hospital, quien le dijo que para el aborto deben llevar un documento firmado por un fiscal o juez, pero que además prohibiría a cualquier médico de su hospital, el hacer cualquier procedimiento si no había una orden estricta de las autoridades.
La madre de Adela, acudió nuevamente a Fiscalía y fue en ese lugar, que le dijeron que se pusiera en contacto con nuestra línea de acompañamiento. Cuando la madre de Adela nos contactó, informamos que el requisito de denuncia, declaración juramentada o examen médico ya no son necesarios para el acceso al aborto legal y acompañamos en la elaboración de una solicitud de acceso al servicio, pero la madre de Adela ya no quería volver a este hospital porque el trato del asesor jurídico fue degradante para ella y su hija, por lo que se decidió acudir a otro hospital que era más cercano a su domicilio.
En el nuevo hospital, Adela y su madre acudieron a entregar la solicitud de acceso al aborto legal y se pusieron en contacto con el ginecólogo de turno quien igualmente les dio una información incorrecta sobre el acceso al servicio, pusimos esto en conocimiento del MSP y este médico recibió un llamado de atención por parte de la entidad, por lo que luego tuvo que pedir disculpas a Adela y su mamá, además de ingresar a Adela inmediatamente para realizar el procedimiento. Sin embargo, el inicio del protocolo no fue inmediato y cuando llegó el cambio de guardia en el Hospital, la nueva ginecóloga de turno pidió a Adela y su mamá que se retiraran del hospital porque no le iban a hacer el procedimiento.
La madre de Adela tomó contacto nuevamente con nuestra línea de acompañamiento jurídico feminista y nos pusimos en contacto con la ginecóloga de guardia, quien manifestó que primero debía averiguar con el gerente hospitalario si era legal o no, realizar el procedimiento, pese a que la solicitud de acceso al aborto legal ya había sido presentada y la paciente ya estaba ingresada. Cuando le indicamos esto, la ginecóloga de guardia mencionó que sí le harían el procedimiento pero que se iba a demorar porque primero debía atender ocho partos y que su función es salvar vidas, no quitarlas, se le mencionó que no es su función realizar ningún juicio de valor al respecto sino garantizar el servicio, y que si ella no podía realizarlo debía manifestarlo para que otro médico de turno realice el procedimiento.
Luego la ginecóloga de guardia mencionó que ella comprende que se trata de un aborto por violación pero que tampoco conocía qué protocolo realizar porque no tenían ningún protocolo para estos casos, por lo que se le manifestó que debe aplicarse la Guía de Práctica Clínica (GPC) para el aborto terapéutico.
Luego de todas estas prácticas de obstrucción del acceso a la interrupción voluntaria del embarazo por violación, la ginecóloga de turno manifestó que si le harán el procedimiento a la paciente y no sería necesario que se vaya a su casa. A la medianoche de ese día, comenzaron el procedimiento de aborto con medicamentos. Actualmente Adela, está asistiendo normalmente a clases y su proceso de búsqueda de justicia está en marcha.
En la historia de Adela se identificaron barreras relacionadas con el incumplimiento de obligaciones legales del sistema de salud, como desinformación y prácticas orientadas al castigo e intimidación hacia las sobrevivientes y sus familiares, así como la negación a realizar el procedimiento, basados en creencias personales y la propia desinformación del personal médico respecto del acceso al aborto legal.