Historia de Rafa

Rafa tiene 14 años y tenía 13 semanas de gestación cuando conocimos su caso, fue referida por una Junta de Protección de Derechos y contaba con una denuncia penal. Rafa padecía gastritis crónica y graves afectaciones a su salud mental, producidas por la agresión sexual de la que fue víctima, deseaba dejar la escuela porque no quería explicar el origen de su embarazo. Al momento de entregar la solicitud de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo por violación en el hospital a donde acudió, no quisieron recibir la solicitud y tampoco firmar el constancia de recibido. Solicitamos seguimiento al caso desde las instancias nacionales del Ministerio de Salud Pública (MSP) y tras esta presión, recibieron la solicitud. La respuesta llegó tres días después y le pedían que se acerque al Hospital antes de las 17h00 o la ginecóloga no podría atenderla (porque no atiende los fines de semana). Cuando Rafa y su madre llegaron al hospital, la ginecóloga brindó información errada sobre el procedimiento de aborto, lo cual hizo que Rafa y su mamá desistan de la decisión que habían tomado, por lo que las hicieron firmar un documento de consentimiento informado notificando que desistían del proceso. Después de dos semanas volvieron a solicitar ayuda con el trámite ante la Junta Cantonal, pues habían recibido una visita de médicas que les explicaron el procedimiento de forma correcta y al acudir al hospital, nuevamente se negaron a recibirles la solicitud. Sin embargo, las médicas que las visitaron les gestionaron una nueva cita y aunque pidieron que ya no las atendiera la misma ginecóloga que les brindó información errada, esto no fue posible y la atendió la misma médica. Rafa accedió al procedimiento de interrupción legal del embarazo por violación, a través de la aplicabilidad de la coexistencia de causales, mediante la causal salud.